Los aficionados al mundo de las aves ven un reto el hecho de tener una incubadora para poder criar personalmente a sus aves, ya que económicamente es poco asequible. Por ello, una de las alternativas es la de ponerse manos a la obra y
crear una incubadora casera para aves y así ver cómo los polluelos rompen el cascarón.
Con la ayuda de tablas de madera, cables, un termostato, lámparas incandescentes, una bandeja con rendijas metálicas para depositar los huevos y otra para el agua, conseguirás realizar tu propia incubadora a un precio razonable.
Un punto que hay que aclarar es el tipo de aire que se debe instalar, ya que las modificaciones bruscas de temperatura afectan al embrión. Existen dos tipos de aire: el forzado, producido por ventiladores, tiene la peculiaridad de que mantiene el aire constante sin provocar alteración ninguna; otra posibilidad es el estanco, que se diferencia del anterior en que en esta ocasión el aire se emite de forma natural, creando corrientes apenas perceptibles, y no permanece en el mismo estado.
Madera para el cuerpo de la incubadora casera.
El primer paso es la construcción de la base de la incubadora, a la que le daremos forma de caja. El proceso se realizará mediante la unión de tablas de madera, ya que este material retiene y mantiene correctamente la temperatura ambiente. Es preciso que las placas estén compuestas por varias láminas prensadas de un grosor que oscile entre 14 y 18 milímetros para que resistan la humedad.
Los laterales de la incubadora casera.
Deben estar formados por la unión horizontal de dos listones cuyas medidas sean 2,5 x 2,5 cm. Una vez hayamos realizado esta parte, se elegirán las medidas de la tapa y el piso, teniendo en cuenta que la primera de ellas debe sobresalir un centímetro por los laterales. Cuando se haya obtenido el piso, éste se unirá con los laterales encolándolo y clavándolo con el listón inferior, para posteriormente realizar el mismo proceso con la tapa.
La puerta de la incubadora casera.
Tiene que ser calada, por lo que se recortará en la mitad de la misma un rectángulo donde pegaremos en la parte interna un vidrio transparente. Dependiendo del movimiento de apertura que queramos dar a la puerta, colocaremos las bisagras en la parte inferior o en uno de los costados. Después, hay que encolarla y clavarla al resto de las partes ya montadas.
Cómo regular la temperatura en una incubadora casera.
Una de las piezas fundamentales para dotar a este aparato de sistema eléctrico, es el termostato digital, que es el mismo que se utiliza para la calefacción, pero es imprescindible que se opte por uno de gran precisión. Éste será el encargado de evitar que el agua fluya dentro del motor, además de renovar el aire regulando la temperatura, que tiene que oscilar entre los 36-39º C. Es imprescindible que este utensilio disponga de una perilla y un sensor adecuado para que las variaciones entre encendido y apagado del sistema se modifiquen lo menos posible. Dicho sensor se colocará en un lateral insertándolo en un agujero que realizaremos manualmente.
El interior se calienta, bien con lámparas incandescentes comunes, o bien con una bombilla especial de infrarrojos para aves de 250W. Hay que tener en cuenta la posible emisión de gases tóxicos: éstos se producen cuando se introducen materiales como el plástico o la pintura, por lo que conviene evitarlos ya que perjudicarán en gran medida la salud los embriones, llegando incluso a asfixiarles.
Diseña el interior de la incubadora casera.
En la caja de madera es preciso incluir dos elementos indispensables: una bandeja donde colocar los huevos y otra donde poder verter agua. Las dos deben estar compuestas preferentemente por acero inoxidable y tendrán unas medidas adecuadas que se ajusten a las de la caja.
La bandeja para depositar los huevos tiene que ser cuadriculada, pudiendo aprovechar en esta ocasión una malla de mosquitera o una plancha de metal perforada, considerando que cada cuadrado no debe de medir más de 1 cm². El motivo por el que este utensilio tiene que tener huecos es porque de esta forma se dará una mejor circulación del aire. El artilugio encargado de mantener el agua puede ser perfectamente una bandeja confeccionada para horno que tenga tres centímetros de altura en las paredes. La manera más sencilla para hacer girar los huevos es manualmente, pero lavándose antes las manos para no tener complicaciones tales como la supuración de los poros de la cáscara. Con estas sencillas pautas disfrutarás del placer de tener tu propia incubadora en casa.
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Fuente: facilisimo.com